En el siglo XIII ya se criaba en Gran Bretaña, como perro de pelea. El Mastín, el Boxer y el Bulldog pueden tener un antecedente común, los tres fueron perros de lucha.
Llega a nuestros días con menos porte, más dócil pero con una larga trayectoria como perro de compañía.
A pesar de su aspecto, el Bulldog es dócil, orgulloso, adora los niños, los complace y los protege, aprende con facilidad, y gusta de los juegos. Son guardianes, celosos con las cosas de los dueños. No son buenos para las carreras ya que su nariz no le permite respirar de prisa. En lo posible no dejarlos encerrados, porque necesitan aire fresco.
El macho es más grande que la hembra bulldog, pesando unos 25 kgs. Vive cerca de doce o trece años. Necesita que lo cepillen diariamente para que su pelo sea brillante y retirar el pelo suelto. Hay que sacarlo a dar un paseo diario, si vive en el campo o en un lugar con espacio, puede quedar suelto, de lo contrario, estar con una correa, fácilmente se adapta a vivir en los apartamentos.
El clima cálido, no le hace bien, puede producirle ataques cardíacos.
Tiende a engordar hay que controlarlo para que no lo haga mucho. Casi no ladra, cuando lo hace su forma es baja y profunda, no molesta.
Cuando se lo educa debe hacérsele saber que él ocupa el último lugar, que el que manda es quién da la orden, los premios y castigos hay que darlos enseguida no al rato.
El bulldog es limpio necesita que le limpien las arrugas y el interior de las orejas.
Debemos evitar que coman huesos de pollo o de conejo, porque le puede ocasionar lesiones intestinales. No te olvides de visitar al veterinario, para las vacunas, que lo desparasiten etc.
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