Dogo del Tibet

El Dogo del Tibet es un perro pastor, de trabajo, valiente, puede ser de compañía, bonachón y casero, sobretodo en dicha región lugar de montaña, que a veces viven en campamentos, y tienen grandes distancias para recorrer.

Es robusto y fuerte, su cuerpo macizo, los miembros bien estructurados, los anteriores muy robustos. Sus mandíbulas son fuertes, las orejas se ponen para delante cuando está alerta, la cola la llevan siempre para arriba del cuerpo. Su pelaje es largo, tupido, con un denso y suave, bien como para cubrirse del frío en la montaña.

Descendiente directo del perro del Tibet, sus antepasados son muy antiguos, Aristóteles decía “perro dotado de huesos colosales, pesado, con una gran cabeza, y un hocico ancho”.

En la Edad Media, Marco Polo también lo vio y dijo que “eran grandes burros de carga, excelentes para la caza, sobretodo de bueyes salvajes”

A Estados Unidos llegó tardíamente recién en los años 70 y posteriormente a Europa, llevado desde Nepal.

Todavía se les mantiene en Asia atado en los castillos como perros guardianes, por su ferocidad. Ayuda mucho cuidando el ganado, de los gatos monteses y de los osos, pero también es muy bueno como perro de compañía, siendo dócil y bueno, muy celoso de su amo, sintiéndose muy unido a él.

Desconfiado con los extraños, muy amigo, y con gran paciencia con los niños.

Son independientes como todo perro pastor, gusta estar al aire libre. Su educación tiene que ser constante, pero con mucha comprensión.

Su pelo largo debe ser cuidado, para que no se le caiga, ya que lo necesita para cubrirse del frío.

Si lo educas como pastor será de lo mejor, si lo educas como de compañía, mascota será también de lo mejor.